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Opinión: Kia Carnival SX 2.2 CRDI A/T en Argentina

Qué nos gustó y qué reclamamos en la nueva generación de la van familiar y ejecutiva de 11 plazas, con equipamiento de lujo y alto confort, por 78.000 dólares.

Por René Villegas
Fotos: Claudio Arena

> QUÉ NOS GUSTÓ <
+ Potencia y torque disponibles (202 CV y 450 Nm): reacción del motor y prestaciones
+ Suavidad de la transmisión AT de ocho marchas + consumos contenidos en ruta
+ Instrumental muy completo, con reproducción de cámaras de punto ciego
+ Equipamiento de seguridad, incluyendo ayudas a la conducción (ADAS)
+ Compromiso de suspensiones: excelente confort de marcha y buena tenida en ruta
+ Calidad de construcción y detalles de terminación muy logrados

> QUÉ RECLAMAMOS <
– Precio elevado, a pesar de no tributar impuesto interno (por homologación comercial)
– Sólo nueve plazas (sobre 11) tienen apoyacabezas, y realmente seis son cómodas
– Rueda de auxilio temporal y en ubicación poco frecuente (lado izquierdo, bajo el chasis)

> PRESTACIONES + CONSUMOS <
Aceleración 0-100 km/h:
10,1 segundos
Elasticidad 80-120 km/h: 6,3 segundos

Consumo urbano: 10,5 litros/100 km
Velocidad promedio: 21 km/h
Autonomía: 685 km

Consumo a 100 km/h: 6,3 litros/100 km
Régimen: Dª a 1.600 rpm
Autonomía: 1.142 km

Consumo a 130 km/h: 8,4 litros/100 km
Régimen: Dª a 2.100 rpm
Autonomía: 857 km
* Todas las mediciones con instrumental GtechPro, a velocidades reales.

> VERSIONES + PRECIOS <
SX 2.2 CRDI 202 CV AT8: USD 78.000
* Valor informado por Kia Argentina, vigente a mayo 2022.

> FICHA TÉCNICA + EQUIPAMIENTO <
Para descargar, click aquí.

> EL ANÁLISIS <
En el mercado argentino han ido desapareciendo poco a poco aquellos vehículos netamente familiares, y hoy sólo un nicho mantiene viva la oferta de minivans, también llamados “MPV” (por vehículos multipropósito, en inglés). Actualmente, pocas marcas brindan opciones semejantes, siendo Toyota el principal rival con el Hiace Wagon. Pero Kia ha sido un histórico referente en la materia, que ahora saca a relucir una nueva generación de Carnival, su minivan ejecutiva por excelencia, recientemente lanzada en la Argentina (ver más aquí) y que ya probamos a fondo en CarsMagazine.com.ar.

Desde hace varios años, Kia pasó a ofrecer la Carnival con una disposición poco vista: el hecho de estar homologada para 11 pasajeros le permite no tributar el impuesto interno, ya que es considerado como un “vehículo comercial”. De todas formas, su planteo no es tan así en la realidad: es más bien un multipropósito ejecutivo, que obtiene sus mejores características como movilidad de lujo para familias numerosas. La única opción disponible monta un potente motor turbo-diésel de 2.2 litros y 202 CV, unido a una transmisión automática de ocho marchas.

La cuarta y nueva generación de Carnival aprovecha para estrenar en la Argentina el nuevo planteo de diseño de Kia a nivel mundial, que incluye un estilo exterior mucho más intimidante que antes. La nueva identidad ya no asocia el logo de la marca a un óvalo, sino que la firma aparece grabada tanto en el capot como en la cola de manera independiente. También desde Kia asocian el nuevo diseño a ciertos detalles que lo emparentan al mundo SUV. Pero eso, ¿se traduce realmente en su diseño exterior?

Desde el frontal, se advierte que Kia ha querido llamar la atención, no sólo por la gran grilla delantera con detalles cromados y una trama muy llamativa, sino también por las ópticas delanteras LED, con funciones que no se agrupan en un único conjunto. Por ejemplo, las luces altas se ubican prácticamente dentro de la parrilla, mientras que las bajas lo hacen más hacia los extremos. Las luces diurnas de LED dan forma al marco inferior, que dibuja una identidad propia y aporta a la nueva imagen de marca.

Lateralmente predominan líneas rectas, con un gran nervio a mitad de altura, que en los guardabarros traseros se convierte en la guía para las puertas corredizas. Su importante anchura de 1,99 metros le aporta un estilo bien plantado al suelo, en el que los 5,15 metros de largo se disimulan de una manera correcta. Con respecto a la generación previa, tiene cuatro centímetros más de largo, uno extra de ancho y dos en el alto. La distancia entre ejes se estiró hasta los 3,09 metros, creciendo sólo 30 milímetros con respecto al modelo anterior. Básicamente, todas las cotas se mantuvieron sin grandes variaciones.

Y para “llenar” ese imponente panel lateral, Kia ha recurrido a un parante C que adopta un aplique de material texturado y terminación “inoxidable”, con un formato que le imprime un estilo más moderno. Eso se conjuga con ópticas traseras unidades entre sí, algo que intenta replicar lo visto en la generación más reciente de Sportage en Argentina, lo que aporta un granito de arena a ese estilo SUV que la propia marca menciona.

Con un acceso muy simple debido a las amplias puertas delanteras, la posición de manejo es un mix entre utilitario y SUV: elevada, pero con la pedalera no muy profunda. Ya desde que uno toma posición, se da cuenta de las utilidades, con la regulación eléctrica de butaca y puesta en memoria ni bien nos sentamos, o mismo con la opción de climatizar o ventilar cada uno de los asientos delanteros. Entre ambos existe un amplísimo guardaobjetos, mientras que por delante se sitúa el selector de marchas circular. En general la calidad es muy lograda.

De todas formas, lo que más llamará la atención es la gran pantalla central táctil, que conforma un panel prácticamente continuo con el tablero de instrumentos, en el que la terminación “negro piano” es el principal actor. Ambas pantallas son de 12,3 pulgadas, y cuentan con las utilidades propias de nuestros días, como conexión Android Auto y Apple CarPlay (con cable), o cargador inductivo para smartphones. Se agregan cámaras con función 360°, y un muy útil y poco visto sistema de cámaras laterales, que al poner la luz de giro nos muestra el “punto ciego” en el instrumental, a través de cámaras en los espejos retrovisores. Cada imagen aparece en la esfera del velocímetro (izquierda) o cuentarrevoluciones (derecha), pasando a mostrar los datos de velocidad y RPM en formato de números digitales por sobre lo que proyectan las cámaras. Realmente muy útil y funcional. Y por si fuera poco, los espejos exteriores son de un tamaño más que suficiente, lo que permite una visibilidad general óptima.

Entre otras comodidades, también dispone de climatizador trizona, con forzador y comando exclusivo para las plazas traseras; doble techo corredizo (ambos con apertura), tapizados de cuero; y otras de las estrellas: portón trasero y puertas laterales de apertura 100% eléctrica. Cada una puede operarse también a través de la llave, a distancia. Lo que resultó algo tedioso, mientras estuvo en nuestra cochera, es que al acercarse a la parte trasera con la llave encima, el portón iniciaba su función de apertura de manera automática, sin tener que hacer un movimiento específico para que ello suceda.

Si vamos al espacio disponible, son cuatro las filas de asientos, pero tanto la segunda como la tercera tienen en su butaca central una deficiencia: es que no presentan apoyacabezas, y resultan de un tamaño limitado. Las butacas laterales son amplias, aunque acceder a la tercera fila nos obliga a realizar cierta contorsión. Y más difícil aún es acceder a la cuarta fila: hay que levantar el asiento central de la tercera, para que nos libere un angosto pasillo central. Las butacas de esta cuarta fila son limitadas, y anulan prácticamente la capacidad de baúl. Pero de rebatirse última fila, mediante un simple paso, el espacio de carga es aprovechable, aunque Kia no brinda el detalle específico en litros. Sí admite que la capacidad de carga varía entre 56 litros (11 plazas) y 2.689 litros con la segunda, tercera y cuarta filas rebatidas.

Lo que se mantuvo con pocos cambios fue la mecánica. Se trata del mismo cuatro cilindros en línea de 2.2 litros turbo-diésel, que en el nuevo modelo aumentó su potencia en 5 CV, llegando a 202 CV, con un torque de 450 Nm entre 1.750 y 2.750 rpm. Combinado a una transmisión automática de ocho velocidades, la suavidad de marcha es intachable, ya que nunca el motor necesita sobre exigirse. Los patinamientos, además, son prácticamente nulos.

El grupo motor-caja, a su vez, entrega prestaciones loables, con 10,1 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, y recuperaciones que dan cuenta de la fuerza del motor. Asimismo, el confort de marcha es otra de las virtudes de la Carnival, con un eje trasero multilink que filtra todas las imperfecciones en la ciudad de una manera sorprendente. Puede parecer incluso, en ocasiones, hasta demasiado suave, algo que puede llegar a aportar cierta desconfianza a la hora de doblar a velocidades de autopista. Pero claramente no estamos ante un vehículo que se precie de un manejo deportivo. De todas formas, el comportamiento no muestra falencias, y presenta un buen control en todo momento. A pesar de sus dimensiones, el frenado es eficiente, mientras que la dirección presenta un radio de giro reducido, siempre teniendo en cuenta sus dimensiones.

Aquello se afianza además en materia de seguridad, ya que cuenta con siete airbags (incluyendo de rodilla para el conductor), controles de estabilidad (ESP) y asistente al arranque en pendientes. No ofrece control antivuelco o de viento cruzado, o incluso control de balanceo de tráiler, algo que no estaría de más en su dotación. Sin embargo, responde con otras ayudas a la conducción (ADAS), como control de velocidad crucero adaptativo con función stop & go, sistema de mantenimiento de carril (un tanto invasivo), sistema de asistencia de pre-colisión frontal, sistema de alerta de fatiga de conductor y luces altas con apagado automático en ruta.

Si nos referimos al precio, los 78.000 dólares que tiene como valor de lista resultan elevados, más teniendo en cuenta que no tributa el impuesto interno. Si bien Toyota ofrece el Hiace Wagon con capacidad para 10 pasajeros, mayor espacio interior, motor 2.8 TDI (163 CV) y caja de seis velocidades por USD 57.700, la realidad del mercado indica que los precios, en muchos casos, son meramente indicativos y que distan de la realidad.

Así las cosas, la Nueva Kia Carnival ya está en la Argentina, con todos estos atributos que le encontramos y muy pocos puntos cuestionables; y ante todo, con una clientela fiel que la estaba esperando y que seguramente la recibirá con los brazos abiertos.

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