Con el programa Think Blue Factory, la marca alemana disminuyó el consumo de energía y agua, las emisiones de CO2, el agua y la generación de residuos y solventes.
Volkswagen informó que, gracias al programa Think Blue Factory, desde 2011 alcanzó una reducción de un 24,3% del impacto ambiental en la producción de vehículos y componentes, con la disminución de consumo de energía y agua, las emisiones de CO2 y la generación de residuos y solventes.
En consecuencia, está muy cerca de cumplir el objetivo que se había fijado: reducir el impacto ambiental de sus fábricas un 25% hacia 2018. Volkswagen apunta a convertirse, precisamente en 2018, en la marca más sustentable del mundo, con vehículos amigables con el medioambiente y fabricados en un entorno productivo óptimo. Para eso, ya implementó más de 3.000 proyectos en sus filiales de todo el mundo.
“Este no es el final del camino para nosotros. Debemos continuar trabajando responsablemente, innovando y explotando nuestro potencial para que Volkswagen sea cada vez más verde”, aseguró Thomas Ulbrich, miembro del Consejo Directivo de Volkswagen Vehículos de Pasajeros y Responsable de Producción y Logística.
El programa Think Blue Factory está basado en los indicadores globales, la tecnología, la implementación sistemática en todas las plantas productivas a nivel mundial, la capacidad de conexión con otros complejos industriales y un esquema enfocado hacia las personas, según explican desde Volkswagen.
