Predomina el blanco, con un 39% del total de las ventas en 2017. Lo siguieron el negro (16%), el plata (11%) y el gris (11%). Cuál creció más en Sudamérica.
La firma Axalta Coating Systems, una multinacional especializada en pinturas, realizó el 65º Informe global sobre popularidad de color en automoción (el primero se hizo en 1953), en el que aporta datos significativos con respecto a los colores preferidos en el mundo de los autos.
Según este relevamiento, el color más elegido por los compradores de autos en todo el mundo es el blanco. Se llevó el 39 por ciento del total de las ventas, entre los que se distinguen un 26 por ciento para el blanco “sólido” y un 13, para el blanco “perlado”.
En el segundo lugar quedó el negro, con un 16 por ciento (13% para el negro “effect” y 3% para el “solid”). Y el tercer puesto terminó compartido entre otros dos colores bien clásicos: el plata y el gris, ambos con el 11 por ciento.
En el top ten de colores más populares divulgado por Axalta, también figuran los siguientes: azul (7%), rojo (6%), beige (5%), amarillo (3%), verde (1%) y otros (1%).
“Los tonos blancos han aumentado un 4 por ciento en popularidad en 2017. En general, los colores claros y brillantes siguen cobrando fuerza mientras que el gris claro y las tonalidades de azul claro y medio han aumentado el interés en el mercado”, sostuvo la Responsable de Marketing de Color de Axalta para Norteamérica, Nancy Lockhart.
En cuanto a las regiones, la firma especializada en pinturas reveló que “en Sudamérica el gris es cada vez más popular”, ya que ha pasado del 8 al 11 por ciento entre 2016 y 2017. En Europa, este color es el más popular, con un 20 por ciento del total. Y en Estados Unidos se registró un aumento del azul (16%) en vehículos compactos/deportivos.
En África, el gris subió tres puntos porcentuales y quedó con el 11 por ciento. En Asia predominó el blanco, ya que el 52 por ciento de los vehículos vendidos en la región son de este color. En China, por ejemplo, el blanco representó un 62 por ciento de las ventas y en Japón, un 28 por ciento.
